hay veces en que es tan bueno dejarse llevar por los impulsos, parar un segundo, pensar durante ese instante pero ni uno más, no dar tiempo a las excusas y tirar hacia adelante
me pasó hace unos días, una madrugada de esas de edición en las que todo parece imposible pero envias un par de emails, te contestan, los planes cobran forma y ya no das marcha atrás...
tanto tiempo con ganas de volver a Valencia donde pasé esos años únicos en los que somos tan jóvenes, en los que empezamos a ser y a construir los andamios de lo que seremos, de las grandes experiencias y los mejores amigos... ir por primera vez en AVE y hacerse tan extraño, porque iba demasiado rápido para mi viaje a través también del tiempo, para reconocer paisajes, recuperar recuerdos
ver a alguien que quieres mucho, en su otra vida, y ver que las piezas encajan y todo lo que hubo lo sigue habiendo y sentirse tan bien
y conocer a alguien cuyo trabajo admiras, escuchar cuánto tiene que contar, dejar que te emocione y sorprenderte de hasta qué punto es una visión que entiendes y compartes incluso en los pequeños detalles
gracias
Susana por la experiencia, porque ahora sé que eres tan auténtica como tus imágenes y eso me parece de verdad importante, porque no he dejado de sentirme algo perdida pero ya tengo idea de cuáles pueden ser los siguientes pasos; gracias a todos los que compartísteis estos dos días conmigo, porque parece muy poco pero es un gran principio
y ahora, de vuelta con la cabeza muy llena y un poco de vértigo, muchas ganas, preparada para mirar más lejos, como siempre con poco tiempo, mucho sueño... pero las noches tienen algo de magia, siempre, y alguien me ha recordado que para que los sueños pasen hay que creerse que ya están pasando ¿nos lo creemos?
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