cuando un álbum nuevo llega, otra vez la emoción; ver el trabajo fuera de la pantalla, tocarlo, es una satisfacción y un punto y aparte
tantas horas, tantas vueltas, esa responsabilidad del "para siempre", porque viendo las imágenes materializarse no se puede evitar el pensar que va a estar ahí mucho tiempo y que va a ser al final el soporte de los recuerdos, de la historia de alguien, cuántas veces, dónde, por quién va a ser mirado y cuántas cosas va a evocar...
así que a la hora de entregárselo a sus dueños (y creedme, me cuesta mucho dejarlos ir, los quiero todos para mí) necesitaba una forma de poder contener todo eso y ninguna de las opciones que encontré me convencía, porque en una caja, una maleta, parecían volverse todos iguales, sentía que faltaba ese algo que los protegiera, algo cálido para guardarlo, para llevarlo de aquí para allá, algo donde cupiera con todas sus emociones, con el cariño, que lo completara y lo hiciera aún más especial
y no puedo dar bastante las gracias a mi gran amigo óscar por poner su
fábrica de ideas a mi servicio, por escucharme y entenderme, por compartir mi entusiasmo, estar ahí y poner en cada puntada la misma ilusión que pongo yo en cada imagen, por ser igual de grande que siempre es él en algo esta vez tan pequeño
así que cose que te cose vamos buscando la solución perfecta, a medida, única, para cada libro, fabricándole la piel
si queréis ver más trabajos de óscar o tenéis alguna idea en mente que necesite cobrar vida, os recomiendo pasaros por
su web
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